Editorial 4: El TDAH en la Salud Pública. Salud medioambiental. Vida saludable. Es tiempo deinvestigar alternativas

2 de Diciembre de 2009

El TDAH es una condición clínica que causa problemas a lo largo de la vida y para la que la medicina científica no ha encontrado una causa concreta ni un tratamiento efectivo al 100 %. Hay diferentes visiones del Trastorno, y una de ellas, de interés creciente en la actualidad, es la de la Medicina Medioambiental, en el contexto dela Salud Pública.

En el contexto de una sociedad cada vez más industrializada, más acelerada, más contaminada, no dejan de surgir múltiples voces reclamando una vuelta a un estilo de vida más saludable, una dieta más natural,un ocio más creativo, una vida más ordenada, unas relaciones personales más auténticas. Un estilo de vida, en fin, más razonable. Mens sana y corpore sano, decía Juvenal y se aplicaba en la antigua Roma. Conceptos como el equilibrio, la vuelta a los orígenes, la búsqueda de referentes en la naturaleza,se intentan abrir camino en una sociedad bastante hostil y complicada para vivir, en general, y para educar a los niños en particular.

La consideración y el tratamiento de los trastornos mentales se ve afectado también por esta búsqueda de alternativas a la tendencia deshumanizadora que en muchas disciplinas se está observando. El método científico ha sido durante muchos años el goldstandard para avanzar en el conocimiento. Sin embargo, cada vez se contesta más el conocimiento científico, se cuestionan los tratamientos farmacológicos, se llega incluso a dudar de la supremacía del método (científico) para resolver las cuestiones sobre la eficacia y eficiencia de las distintas alternativas terapéuticas. Se llega incluso a olvidar la cuestión fundamental de la ciencia: comprobar hipótesis de una manera que podamos demostrar su veracidad o su falsedad, independientemente de nuestra idea previa.Sería un retroceso no aprovechar las posibilidades de la ciencia para comprobar intervenciones o tratamientos. Y esto se puede aplicar para todo tipo de intervenciones y para todo tipo de relaciones causales. Las llamadas terapias alternativas, para algunos muy atractivas, para otros muy rechazadas, necesitan dar un paso adelante, hacia la ciencia, y los científicos necesitan dar un paso hacia ellas, para poder comprobar cuales de los miles de tratamientos propuestos para un sinfín de enfermedades pueden ser útiles. Se han señalado, desde distintos entornos, los posibles beneficios o perjuicios de algunas dietas,de la restricción de algunos alimentos, de la suplementación con determinadas vitaminas, en el tratamiento del TDAH. Desgraciadamente, la mayoría no han sido testados científicamente, con lo que solo podemos decir que no hay evidencia de que sean útiles. También podemos hacer un acto de fé y seguir las creencias o querencias de distintos profesionales que abogan por unos métodos u otros.Dentro de todas las intervenciones dietéticas, solo el tratamiento con omega-3 ha demostrado mejorar los síntomas de TDAH. En cuanto al resto, la mayoría no se han expuesto ala prueba.

Lo mismo ocurre con las causas de estos trastornos. Se han apuntado motivos medioambientales (polución,industrialización, etc), bastante sugerentes e intuitivamente razonables. También lo es el efecto negativo que algunos alimentos parecen tener en determinados niños.Muchos padres aseguran el efecto negativo de las comidas artificiales, los colorantes, los dulces, el chocolate sobre la tranquilidad y el comportamiento de sus hijos. Las intervenciones dietéticas son susceptibles de un gran efecto placebo, y su eficacia es muy difícil de medir de forma objetiva, pues hay muchas variables de confusión asociadas que pueden explicarlos resultados. Pero hay que hacer el esfuerzo. Es momento de explorar de forma rigurosa el efecto de alternativas a los tratamientos farmacológicos, sobre todo para evitar la emergencia de pseudoexpertos cuya baza más importante para conseguir vender sus productos es la desesperación de los padres por la falta de alternativas efectivas.

Muchos pequeños estudios han indicado el beneficio en algunos niños de dietas de eliminación de distintos nutrientes o aditivos. Es un campo que necesita gran exploración, rigor y profesionalidad para evitar que los padres se adscriban a dietas que puedan resultar inútiles,desequilibradas y dificilísimas de seguir en búsqueda incansable de maneras de ayudar a sus hijos. No en vano, se ha demostrado la mayor presencia de síntomas de hiperactividad en niños con algunas deficiencias nutricionales, por ejemplo con el déficit de zinc.

Una dieta equilibrada, un estado nutricional bueno, ejercicio regular, son recomendaciones que todos los niños deberían seguir. Con los niños hiperactivos, una observación cuidadosa del efecto de distintas sustancias en su comportamiento, ya que algunos de estos niños muestran una hipersensibilidad clara a determinados alimentos o aditivos alimentarios.

Al igual que en el caso de las dietas, los factores medioambientales relacionados con el TDAH han sido hasta recientemente objeto de poca investigación rigurosa. A nivel individual, el alcohol o el tabaco de forma intrauterina, cuando el organismo está en formación, se han relacionado claramente con la aparición de TDAH. Solo el efecto tóxico del plomo tiene suficientes datos para avalarlo. Como factor específico para el trastorno. Muchos otros metales,disolventes, se han relacionado con distintos efectos negativos a nivel cerebral. Afortunadamente, las corrientes ambientalistas están intentando rellenar esos vacíos de conocimiento y los resultados de los estudios llevarán a modificaciones en los contenidos de los productos utilizados en el día adía por todos nosotros. Las sinergias entre unos productos y otros, el efecto aditivo de ellos, y no solamente los efectos individuales, también necesitan ser abordado.

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